Eran las 20h. de la tarde cuando la Cruz de los jóvenes y el Icono de la Virgen María llegaban a la plaza mayor de La Solana. Minutos después, hacían su entrada a la iglesia de Santa Catalina precedidos por banderas de colores y velas encendidas.
De fondo, los coros de las dos parroquias así como el de Santa María, entonaban el "Jesucristo tú eres mi vida". Detrás de la Cruz iban los sacerdotes de la parroquia acompañados por el obispo Don Antonio.
Ya en la iglesia, abarrotada de niños, jóvenes y adultos, se celebró una oración en torno a la Cruz y al Icono, explicándose el significado de ambos símbolos por medio de un vídeo. También se leyeron varios salmos y se entonaron diversos cánticos.
A su término, se sacaron fuera del templo tanto la Cruz como el Icono para dar comienzo a un viacrucis por las calles del pueblo. La lluvia estuvo presente casi durante todo el recorrido teniendo que proteger la Cruz y el Icono con plásticos. Tras nueve estaciones, el viacrucis finalizó en el convento de las Madres Dominicas donde, en su interior, se leyó la décima y última estación. Posteriormente, la gente fue pasando a adorar la Cruz y el Icono y a hacerse fotos con dichos símbolos.
A las 12 de la noche nos volvíamos a congregar en el Convento para celebrar una Vigilia de oración preparada por las Dominicas. Al finalizar, se iniciaron turnos de vela y oración hasta las 4 de la madrugada, hora en la que se cerraban las puertas del Convento.
El martes 30, comenzaban los actos de despedida de la Cruz y el Icono a las 7h. de la mañana con el rezo del rosario. A las 8h. se rezaron los laúdes estando la iglesia llena de fieles. Ya a las 8:30h. se celebró la eucaristía presidiendo el obispo Don Antonio junto con don Benjamín, don Manuel, don Candelo y don Paco, sacerdotes de la localidad así como José Felipe, sacerdote y delegado diocesano de Juventud, que va en el equipo que acompaña a la Cruz y el Icono por toda la diócesis durante esta semana.
Al finalizar, se trasladaron la Cruz y el Icono hasta la plaza mayor donde serían guardadas para seguir su recorrido hacia la cárcel de Herrera de la Mancha.
